jueves, 18 de diciembre de 2008

Tu último viaje

Querido abuelo, sé que nunca lo leerás -no eres tú de mucho blog- pero tengo la necesidad de que mi corazón te hable en esta noche tan oscura y fría en que te nos vas. Quiero darte todo mi cariño, todo mi aliento, todas mis fuerzas y todos los abrazos del mundo, para aliviar tu sufrimiento antes de tu último viaje.

Te estoy viendo remolinear desde bien temprano por la cocinilla de la casa del pueblo. La abuela te prepara el almuerzo en tu viejo morral: ¿llevas el vino? ¿y el pan? ¿y el queso? ¿harás pleita hoy?...Que no se te olvide nada! ¡Abrígate bien que hace frío! Hoy, a tus cerca de noventa inviernos, has desempolvado por última vez tus alpargatas de cuero, tus remendados pantalones de pana negra y tu blusón. Te huelo a frío, a esparto y a lana. Sabemos los que te queremos que tu silueta se perderá pronto a lo lejos del camino, entre la polvareda que levanta tu lustroso ganado al marchar.

Así te recordaré en esta oscura y fría noche en que te nos echas para siempre a tus campos manchegos. Disfrútalos querido abuelo, que son tuyos, que te lo mereces, que te los has ganado desde que sus llanos te parecían montañas. Paséalos que ya no hay ninguna prisa. Sáciate de sus frutos. Vuelve al sendero que te vio crecer y regálale para siempre tus huellas. Haz un alto al final del camino, súbete a la linde, alza tus brazos al viento y sé libre por primera vez.  Siente el repicar de los cencerros en tu nombre, reúnete con la abuela, y descansad eternamente felices y en paz en vuestras nubes de lana blanca.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonito marchar con la serena emoción de saber que te esperan allá donde vas, acompañando el el viaje esos abrazos y esos cariños tan sinceros...

Anónimo dijo...

Me has hecho soltar unas lagrimas...que ternura... siento mucho lo de tu abuelo. Cuenta conmigo. Un fuerte abrazo Fer.

Annabel dijo...

He encontrado tu blog casualmente. Te dejo un saludo y una invitación al mío.