viernes, 10 de octubre de 2008

Toscana

Acabo de llegar de viaje de la Toscana. La Toscana es uno de esos lugares del mundo donde se respira felicidad. Ya sé que la felicidad está dentro de nosotros y que no necesitamos de un lugar concreto para sentirnos bien. Aunque del mismo modo no voy a descubrir yo el poder terapéutico de la belleza de un paisaje o del mar. De la Toscana me gusta sobre todo su gama de colores y su luz. Me gusta de la Toscana el estilo sobre una bicicleta y la calma soledad de un ciprés en una colina. La Toscana es piedra marrón por alfombra, cielo azul por techo e infinitos verdes de decorado. Volveré a pasear el viejo Arno desde Pisa a Florencia. Volveré pronto a oler la historia entre las callejuelas de Volterra, Lucca y Siena. Y volveré a saborear un Vernaccia en la Plaza della Cisterna de San Gimignano.