viernes, 12 de noviembre de 2010
Música
¿Seré yo?
sábado, 2 de enero de 2010
Gracias
Nunca olvidaré a aquella mujer chilena de muy tímida mirada, regalándome una sonrisa por haberle cedido el asiento en el bus que nos transportaba durante cerca de tres horas desde Puerto Montt a Ancud, en la isla de Chiloé. A la isla de las gaviotas llegamos en un transbordador que atraviesa el canal de Chacao con el bus en sus lomos. En aquel viaje, quienes no tenían reservado su asiento, como era el caso de esta madre chilota y su rolliza bebita, ocupaban de pie y como buenamente podían el pasillo central del bus. No es nada fácil mantener el equilibrio a 100 kilómetros por hora, con una bebé tan hermosa entre las manos, por mucha costumbre que se tenga. Me sorprendió que nadie se inmutara al verles instalarse resignadas en el pasillo y que nadie mostrara la más mínima intención de ceder “su asiento” (aprendí que el civismo no es un principio universal). Me levanté con coraje y le hice una señal para que se acercara y ocupara mi plaza. Sé que aquella madre quiso agradecer mi gesto y posar orgullosa con su linda chilotita y regalarme esta imagen. Recuerdo su esfuerzo para no esquivar el ojo metálico de mi cámara y recuerdo cómo su sensación de indefensión e inquietud dio paso en un instante a una de las miradas más sencillas y transparentes que jamás haya visto. Hice la fotografía, apoyó su cabeza en el cristal de la ventanilla, clavó su mirada en el paisaje y mantuvo su semblante sereno y alegre todo el viaje.
Volver
Hace algún tiempo que me fui de este blog porque el espíritu viajero que lo inspiró cambió la mochila por la maleta y se fue una temporada de vacaciones. Empecé ilusionado con este espacio, contando experiencias, sensaciones y sentimientos. Puse en común mi visión y mirada, en forma de imágenes y de letras. Y permanecí en silencio cuando creí no tener demasiadas cosas que airear. No lo cerré porque olvidé mi contraseña y lo visitaba como un extraño. Ahora que empieza el 2010 he vuelto y ojalá sea para quedarme.
jueves, 25 de diciembre de 2008
Momentos del corazón
Aire
jueves, 18 de diciembre de 2008
Tu último viaje

domingo, 14 de diciembre de 2008
Viajar en un seat 600
El otro día tuve la oportunidad de vivir una experiencia inolvidable. Pude sentir en primera persona la pasión que despierta el Seat Seiscientos, un verdadero mito y símbolo de una época de España. El Seiscientos es mucho más que un automóvil; mucho más que un coche clásico: es una manera de leer la sociología de más de 30 años de la historia de nuestro país. Además de este carácter legendario y simbólico, me interesa entender la psicología y la antropología de quienes dedican gran parte de su tiempo y de su dinero a restaurarlos, conservarlos, conducirlos, enseñarlos y vivirlos.


viernes, 10 de octubre de 2008
Toscana
Acabo de llegar de viaje de la Toscana. La Toscana es uno de esos lugares del mundo donde se respira felicidad. Ya sé que la felicidad está dentro de nosotros y que no necesitamos de un lugar concreto para sentirnos bien. Aunque del mismo modo no voy a descubrir yo el poder terapéutico de la belleza de un paisaje o del mar. De la Toscana me gusta sobre todo su gama de colores y su luz. Me gusta de la Toscana el estilo sobre una bicicleta y la calma soledad de un ciprés en una colina. La Toscana es piedra marrón por alfombra, cielo azul por techo e infinitos verdes de decorado. Volveré a pasear el viejo Arno desde Pisa a Florencia. Volveré pronto a oler la historia entre las callejuelas de Volterra, Lucca y Siena. Y volveré a saborear un Vernaccia en la Plaza della Cisterna de San Gimignano.
jueves, 11 de septiembre de 2008
Vivo
Vivo para contar
que un día viví para contar
que vivo una vida de cuento.
Vivo para decir
que donde dije digo,
digo que un día viví para decir
que sigo vivo,
y no para decir Diego.
Vivo para sentir
que un día sentí dejar de sentir
y que sentí cuánto lo hubiera sentido
si dejo de sentir.
Vivo para soñar
que un día en sueños soñé
y que es el vivir
y no el morir
lo que me quita el sueño.
Vivo estoy para vivir
la vida que vivo,
contando y diciendo,
sintiendo y soñando,
sin dejar de vivir
la vida que vivo.







