Si me querías acariciar
y verme a tus pies rendido,
si mi amor tanto deseabas,
nada te lo habría impedido.
Sólo un susurro bastaba,
sólo un beso cautivo.
Mi vida te habría dado,
bien lo sabes escalera.
Me habría quedado contigo
si tu escalón me lo pidiera.
Si de tu amor yo hubiera sabido,
tus peldaños serían los míos
y habríamos escalado
hasta la estrella más viajera.
Enamorada tuviste que estar
de mi subir y bajar tranquilos,
acostumbrada como estás
a golpes de mar y de marinos.
Me retiraste tu saludo,
me engañaste y besé el suelo.
Postrado quedé ante ti
y de tu amado viste el duelo.
Quisiste robar mi figura
y también mi silencio entero.
Anhelaste todo de mí
y por ti casi me muero.
Más no puedo rendirme yo
a este amor tan bucanero,
a tus artes tan malvadas
ni a tu guiño lisonjero.
Escalera traicionera
no me quitas el sueño.
No deseo ser tu dueño
ni ser tu amante viajero.
No te inclines ante mí,
escalera traicionera,
que antes del adiós
sólo me falta decir
que este amor
tan cargado de dolor
ni lo quiero yo
ni hay quien lo quiera.
3 comentarios:
A los pies de la malvada escalera, ésta en infinitas diapositivas de colores, le recuerda la vida....
"En hora buena, a que zí!"
Acaso se acabo el viaje?....porque no hay nuevas andanzas por este rincón...? cuentanos más...
la vida es lo que nos pasa mientras la planificamos...
tu vida, ts fotos y tu texto y tu poesía, Fernando, están muy llenos de sensibilidad. Sigue srprendiendonos y deleitándonos
Publicar un comentario